jueves, 24 de noviembre de 2011

El advenimiento del fin


Publicado por Historias de Oscuridad

Fecha estelar 184536. Astronave Neptuno. Comandante Arton Siches informando.
En apenas unas semanas los acontecimientos han dado un giro espectacular. Actualmente sobrevolamos millares de criaturas arácnidas, en una dirección incierta indicada por una asesina ciega. O eso interpreto por las vendas que le cubren los ojos. Sentado junto a ella se encuentra un hombre sin cerebro que ha obtenido el poder del sol. Y las criaturas… algunas nos siguen a nosotros, y otras se dirigen a la grieta que yo mismo he abierto.
Si alcanzan el núcleo será nuestro fin. Por suerte tardarán unos días en avanzar hacia las entrañas del planeta.
Continuamos sobrevolando terrenos, alejándonos de la grieta en la tierra. Todo está lleno de criaturas. Y en la lejanía se alza una antigua pirámide, símbolo de una civilización que antaño disfruto de estas tierras.
A pesar de las insistentes pregunta de Minion la mujer continua sin decir palabra, indicando con su mano hacia dónde dirigirnos, como si fuera una brújula. Por lo que interpreto nos dirigimos a la pirámide que llevamos ya unos minutos observando.
Al descender la duda me sobrecoge. La entrada de la pirámide está iluminada con antorchas. Minion parece tan sorprendido como yo...la única persona en el mundo que tiene el poder del sol y se sorprende cuando ve arder algo. No sé que nos espera de aquí y ahora, pero ya no se qué pensar.
No sé si esto que siento en mi corazón es esperanza.
Fin del comunicado.
-”Eh Arton, ¿hablas solo o qué? Jajajajaja”
-”Cállate Minion.”
Los dos hombres, acompañados por la mujer avanzaron a través de la arena hasta introducirse en la pirámide.
Cuando entraron a la estancia encontraron el cuerpo de un hombre tumbado sobre un altar. La sala está muy iluminada, lo que les permitió ver la horrorosa herida que tenía en el abdomen, ya cicatrizada.
-”No jodas, es Hettar!!” - exclamo Minion. -”¿Esta muerto o qué?”
-”No exactamente.” - Una mujer surgió de una esquina. Estaba cubierta de vendajes ocultando sus malformaciones. -”Hemos curado sus heridas, pero necesita un soplo de vida. Te estábamos esperando, portador del sol. Ahora os explicaré que hacer.”
La mujer de ojos vendados desenvaina la espada en la puerta y nos da la espalda. En la lejanía se ve una marabunta de garras y ojos rojizos aproximándose, acompañados por crujidos y chirridos. Mientras la otra mujer nos coloca alrededor del altar, y nos dice que tenemos que hacer.
…...........
…...........
Veo una luz al final, el resto está oscuro. Me pregunto donde he estado.
**EN LO QUE LOS HUMANOS LLAMAIS LIMBO**
-”Has vuelto, hacía tiempo que no te escuchaba.”
**HE ESTADO UN POCO LIADO, PERO HE VUELTO PARA EL INICIO DEL FINAL**
-”¿Y eso que significa?”
**QUE TE VA A DOLER**
Siento como millones de agujas atravesándome el cuerpo. Tras ello un calor insoportable. Tras un instante se detiene el dolor
-”Joder, ¿que ha sido eso? ¿No se supone que he muerto?”
**DEPENDE DE COMO LO MIRES. LO IMPORTANTE ES QUE NO ES DEFINITIVO PERO VA A COSTAR Y VAS A SUFRIRLO**
-”Pero así estoy bien, tampoco pasa nada.”
**ESO NO ES ASI.**
Otro espasmo de dolor. El calor es cada vez mayor.
-”Y que va a pasarme?”
**QUE VIVIRAS**
-”¿¿Y que tendré que hacer??”
**LO QUE QUIERAS Y CREAS NECESARIO**
-”¿Pero que crea necesario para qué? ¿Qué objetivo tengo?¿Que tengo que hacer?”
-”Mierda, se ha vuelto a ir... AHHHHH!!!”
El dolor es cada vez más intenso, y la luz que veo al final se aproxima más y más y más y más.....
…...........
…...........
La mujer entonaba canticos, Minion entregaba parte de su fuego a Hettar. Y mientras una asesina armada con una katana y un comandante espacial con una pistola evitaban por todos los medios que los robabombillas no entrarán a la pirámide. Pero eran miles, difícil contenerlas.
Y de pronto, en un instante, el cuerpo de Hettar se arqueo de formas imposibles. De un salto se levanto delante de un robabombillas, que rápidamente descargaba su garra hacia él. Y con un simple gesto de su brazo bloqueo el ataque, separo la garra del cuerpo de la criatura y atravesó con su otro brazo el abdomen del ser, destrozándolo en dos.
Tras ello hettar dijo -”Hemos vuelto, ahora acabaremos con esto.”
Fin del capítulo 3.
PD. Y en la mente de Hettar y grupo de pequeños Hettar gritaron al unisonó contentos mientras comían palomitas.
**Para entender la postdata dirigirse a este post. http://hettar.es/encarnizada-derrota/

martes, 22 de noviembre de 2011

El duelo a muerte - Relato


Publicado por Ender

Basado en hechos reales.
Hace unos meses se aprobó una ley en el senado que determinó el destino de muchas personas. En realidad se trató de una vieja ley que se volvió a instaurar en la legislación sin que la mayor parte de nosotros nos diéramos cuenta. Esto es así porque no salió en las televisiones ni en los periódicos, pasa con muchas cosas de las que hacen allá arriba, si no quieren que se sepa, tienen maneras de hacerlo. En cualquier caso, estoy hablando de la ley que permite a los ciudadanos españoles batirse en duelo hasta morir, y esto es así desde el pasado 3 de julio de 2011.
Vayamos a mi caso. Hace dos semanas, el viernes, escribí un artículo en este blog. Ese mismo día, cuando salí a la calle, noté que algunas personas me miraban con recelo. Había quien fruncía el ceño cuando me veía a lo lejos, en la acera, y luego se hacía el sueco cuando me acercaba en su dirección. Había quien me miraba por encima del hombro y cuchicheos cuando pasaba cerca de ciertos grupos no faltaron. Había quien me señalaba con el dedo e incluso hubo ciertas personas que escupieron a mis pies con el mas absoluto desprecio cuando me veían llegar. Yo, la verdad, no sabía porque el mundo me odiaba. Quizás se habían dado cuenta de que mis zapatos tenían agujeros para transpirar, o quizás la manera que había tenido ese día de peinarme les recordaba a algún enemigo histórico de la humanidad. Un misterio. Seguí paseando durante un rato, cada vez mas consternado, hasta que me crucé con un personaje muy famoso de mi ciudad. Su nombre no viene al caso. Basta con decir que se trata del dueño de un respetado hotel. Ese día, como siempre, lucía un bigote exuberante (un bigote de tales magnitudes que hay quien lo apoda "señor morsa"), vestía además con una chistera ostentosa, esmoquin, pajarita, una camisa blanca de la mas delicada seda y unos zapatos relucientes. Sin agujeros para la transpiración. Todo esto lo supe yo porque tengo buen ojo para los textiles debido a un don innato. El tipo se me acercó despacito en compañía de su mujer, la cual vestía de tal guisa, se paró frente a mí, y repitió un gesto que como he dicho antes, ya habían cometido dos o tres conciudadanos aquella mañana. Escupió a mis pies. Después me miró a los ojos y con mucha compostura y buen hacer, me habló.
-¿Usted se cree Dios? ¿Se cree omnipotente?
-No... -respondí sorprendido y algo patidifuso.
-¿Entonces por qué ha hecho eso? ¿Por qué ha escrito eso?
-¿A qué se refiere señor? -pregunté sin salir de mi asombro.
-A eso, a esa desgracia, a esa hez, esa escoria en forma de artículo que acaba de escribir usted. Mire, mire, mire a mi mujer. Mírela, haga el favor. Por suerte yo soy caballero de entereza, pero ella.. Mire como se ha quedado después de leer su escrito -el tipo ladeó la cabeza en dirección a su mujer. En honor a la verdad, la mujer, también arreglada con las ropas mas caras de la ciudad, lucía un aspecto horrible. Tenía ojeras, seguramente debidas al llanto. Miraba al suelo y su tez estaba ligeramente grisácea. Yo no supe que responder. ¿Qué se responde a eso? Desconocía que algo escrito pudiera hacer tanto daño.
-Es usted repugnante -me espetó el caballero-, repugnante... Semejante comparación... ¿Cómo se puede tener tan poca sensibilidad para escribir eso? Comparar el estado emocional de uno con un formato digital de imagen... Es repugnante.
-Yo... Lo siento, no era mi intención lastimarles de tal modo -intenté justificarme.
-Ya -dijo él-. Por suerte ya he pensado una solución. Tenga -me tendió un papel- firme aquí.
El papel decía así:
"CONTRATO DE DUELO A MUERTE - El señor Fulanito De Tal, profundamente dolido tras la lectura del artículo que el señor Ender ha escrito, desea dar muerte a dicho ciudadano en un duelo que, en el caso de que el señor Ender acepte, se celebrará en Caballo Blanco, el día 12 de noviembre, a las doce del mediodía. De esta forma podrá considerarse restaurado el honor del señor Fulanito De Tal, así como el de su esposa y el de todas las personas que hayan tenido la desgracia de leer semejante despropósito. Para que la muerte del señor Ender sea mas satisfactoria todavía, se le permitirá elegir los utensilios de muerte que se usarán durante el combateSi el señor Ender no firma este acuerdo, es una gallina sin honor."
El caballero del bigote me tendió un bolígrafo y firmé.
-Aquí tiene -le dije devolviéndole el papel y el bolígrafo.
Mi suerte estaba echada. Aquella noche no dormí mucho. Di vueltas en la cama sin saber muy bien que hacer, parecía que mis días tocaban a su fin. ¿Sería verdad que estaba a punto de morir? ¿Tan solo por haber sido poco cuidadoso a la hora de escribir algo en internet? El sol despuntó sin que apenas hubiera pegado ojo. Unos chorros fríos de sudor me recorrieron la frente aquella mañana. Me levanté y tenía mariposas en el estomago. No eran mariposas de esas que se sienten cuando estás enamorado. No, de esas no. Eran de las que se sienten cuando vas a morir, de esas. Me puse mis mejores ropas, lo cual no es decir mucho, y salí a la calle. Los pies y los brazos me temblaban. Me costó mucho encenderme un cigarrillo y debí tener un color bastante pálido aquella mañana.
Cuando llegué a mi cita mortal, en Caballo Blanco, el gran mirador que hay junto a la catedral, el tipo del bigote me estrechó la mano.
-¿Listo para morir? -me preguntó.
Yo asentí sin decir nada. El caballero vestía de una forma similar a la del día anterior, aunque esta vez no llevaba chistera y estaba en mangas de camisa. En la calle también estaban: la mujer de mi contrincante y un mayordomo que preparaba una especie de banquete. Se trataba, en realidad, de una mesa alargada sobre la que había una gran cantidad de armas, situadas por parejas. Dos pistolas, dos estacas, dos navajas, dos escopetas, etc. El mayordomo me invitó a seguirlo y me llevó hasta la mesa.
-Mi señor quiere que elija usted las armas que van a usar para darse muerte el uno al otro. Yo le recomiendo estos revólveres Schofield, cuarenta y cinco milímetros de pólvora, oiga. Y muy bien calibrados, puede elegir el que quiera de los dos.
El mayordomo me tendió un revolver. Yo lo sopesé entre mis fríos dedos. Pesaba mas de lo que aparentaba. Apunté al horizonte con el, como si fuera a disparar. En realidad no sabía si estaba bien calibrado o no, y no servía de nada que apuntara con él hacia el horizonte, pues no tenía ni idea de pistolas. El mayordomo recogió el arma y la volvió a poner sobre la mesa. Con un gesto, me señalo un par de ballestas rudimentarias.
-El mes pasado un indiano eligió las ballestas. Son una réplica bastante fidedigna de las que se usaron en Francia durante la guerra de los cien años. Hay que saber cargarlas debidamente, no es nada fácil. Al tipo le dieron buen resultado... Mas o menos.
Miré alrededor. Me sentía bastante abrumado y tenía ganas de vomitar. A mis espaldas, mi contrincante me esperaba junto con su mujer. Él estaba perfectamente tranquilo y sonreía, ella estaba bastante pálida, seguramente aún estaba compungida por mi artículo de pseudo-psicología chapucera. Un poco mas allá, cerca del mesón (para quien conozca el sitio) empezaron a amontonarse diversos peatones y curiosos en general. Me señalaban y cuchicheaban asombrados. Parece que alguien va a darle muerte, se lo merece por escribir esa mierda, debían estar comentando. El mayordomo, que estaba a mi lado, me miró impaciente y me dijo:
-¿Y bien señor? ¿Qué arma va a elegir?
Yo apenas lo había pensado, si os soy sincero. Casi con total seguridad puedo decir que tomé la decisión en ese momento.
-Espadas medievales -respondí entre tartamudeos.
En verdad, de todas las opciones, era con la que mas nociones tenía. Había visto los espectáculos de la Orden de la Jarra, un grupo de recreacionistas medievales. Una vez al año, durante la feria medieval, dan un espectáculo en el que simulan combates. Después, si te acercas los suficiente, te dan unas nociones básicas sobre el manejo de la espada. Hasta la fecha, había estado en todos los espectáculos y tenía unas nociones básicas. Muy básicas. Sabía como era la guardia principal y como parar los dos golpes mas probables.
Al cabo de unos minutos ya estábamos listos. Nos situamos uno a cinco metros del otro. El mayordomo no había equipado con una espada de longitud media, a medio camino entre un mandoble y una espada normal. Podía cogerla con las dos manos, ya que la longitud del pomo lo permitía. Además, nos habíamos puesto unas corazas de metal, que pesaban bastante, con aperturas para mover los brazos. Me sentía bastante oprimido bajo el metal frío. El mayordomo carraspeó y todos le miramos. Yo, mi contrincante, su mujer y los espectadores.
-Pueden empezar a darse muerte -dijo alzando la voz.
Al principio del combate, dimos unos titubeos. Uno en torno al otro. Nos examinamos con la mirada. Yo seguía hecho puré y en honor a la verdad, no me sentía capaz de levantar mi espada. El hombre debió notarlo. El lucía bastante mejor que yo con aquella equipación medieval. Sus ojos me miraban, penetrantes, y en su cara se mostraba la mas absoluta seriedad. Se acercó a mi con un paso rápido y me golpeó fuertemente desde arriba. Yo paré el golpe como pude, trastabillando hacia atrás y retrocediendo un metro, quizás mas. El golpe había sido muy fuerte y mi brazo no había absorbido muy bien el impacto. En mi cara se dibujaba una mueca de dolor. Él repitió el proceso, me golpeó dos o tres veces mas cada vez con mas intensidad. Paré sus golpes como pude, pero cada vez me sentía mas débil. Finalmente, al cuarto, tal vez el quinto golpe, mi espada salió volando por los aires, hacia la zona donde estaba la gente. Un tipo la cogió entusiasmado, se le oyó gritar "¡Coño, una espada gratis!" y salió corriendo. Yo me tiré al suelo para evitar el siguiente golpe y movido por un acto reflejó, patee la rodilla de mi compañero con el pie. Zas. Él calló de rodillas al suelo con un gesto de sorpresa, entonces, desde mi posición, golpee con fuerza en sus manos, también con el pie, y el tipo soltó la espada. Raudo y veloz la cogí, me puse en pie, y le asesté un fuerte golpe en la cabeza. El filo se manchó de sangre, pero solo le ocasioné heridas superficiales, creo. La hoja estaba bastante roma, y no me había fijado antes.
-Mayordomo -grité- esta hoja esta roma. No puedo matar a un hombre con una espada sin afilar.
-Son las armas que usted ha elegido -respondió el mayordomo impasible- acabe el trabajo tal y como lo dicta la ley.
Matar a aquel hombre me costó bastante, en honor a la verdad. Tuve que golpearle repetidas veces. Al cabo de quince minutos, sentí que llevaba un rato golpeando carne muerta. El mayordomo se acercó, puso los dedos en el cuello de su jefe, o lo que quedaba de él, y habló con el tono impasible de siempre:
-Esté muerto.
La multitud soltó un suspiro de asombro. Después me agarró la mano derecha, la alzó y gritó a la plebe:
-El señor Ender ha vencido -se oyeron aplausos y vítores.
La mujer del muerto lloraba de rodillas en el suelo. Yo me zafé del mayordomo y tiré la espada ensangrentada al suelo. Después caminé en dirección a mi casa. La gente se apartó, dejando un pasillo ancho para que yo pasara. Seguramente no querían mancharse con la sangre que me cubría todo el cuerpo y porque no decirlo, me temían.
Días después de lo relatado arriba, se decidió abolir esta absurda ley arcaica y el país volvió a la normalidad.
Los personajes que aparecen en esta historia son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Black.jpg


Publicado por Ender

Una vez un compañero de clase llegó emocionado por la mañana.
-¡Ya lo tengo! - dijo exaltado-  Ya se como llamar la atención en 4chan. Pongamos una imagen negra, toda negra, y de título black.jpg. Después pidamos a la gente que ponga imágenes negras
dejando la resolución a su elección. Es tan absurdo y estúpido que de seguro funcionará.
Por la tarde hicimos la prueba él y yo. Solo obtuvimos una respuesta. Decía: esto no es gracioso, es una gilipollez. No hubo mas respuestas. Nuestro mensaje desapareció a los tres minutos.
Esta mañana, he tenido una reflexión de esas trascendentales, de esas que acaban cayendo en saco roto, que no van a ningún lado y que la mayoría de las veces no te aportan ningún bien. He pensado que en la vida, hay dos clases de personas atendiendo a lo que esperan de la misma. Por un lado están los que quieren ser felices por encima de todo, y por otro, los que quieren hacer las cosas bien. Son dos formas de ser muy distintas, y no significa que los del segundo grupo no quieran ser felices. Es solo que a veces deben relevar ese objetivo a un segundo plano.
El amor puede largarse de muchas formas. A veces puede asesinarte. A veces puede dispersarse como el humo, sin que te des cuenta. A veces puede cogerte la mano y con un "te deseo lo mejor" marcharse con paso ligero.
Después de eso, estés muerto o no, siempre te queda un horrible vacío en el pecho. No creo que mi compi de clase pensara en estas memeces cuando hicimos el black.jpg. Pero si habláramos de arte moderno y de surrealismo, os diría que algunos días tengo un black.jpg en el estómago.

martes, 15 de noviembre de 2011

Raves


Publicado por Garci

Tenia ganas de escribir desde hace algún tiempo en un blog y cuando me lo comentó Hettar no tuve ninguna duda. Pero me surgieron una cascada de preguntas ya que no tenia ni la más mínima idea de que demonios iba a escribir. Al principio pensé en ir colgando criticas sobre películas ya que me considero aficionado al cine, pero en seguida deseché aquella idea ya que no tengo demasiados conocimientos técnicos y aparte otro nuevo escritor iba a hacer algo parecido. No obstante seguramente caeré en la critica más tarde o mas temprano. Y entonces no se en que estado, ni en que proceso mental tuve una especie de revelación y decidí dedicar mi primer post a las Raves.
Pero...¿Que es una Rave? Simplificando mucho la respuesta: es un grupo de personas,un tanto peculiares rodeado, normalmente de campo. Alejados aunque no demasiado de la civilización. Con música, cuanto más alta mejor, y aunque no es obligatorio es bastante usual el consumo de drogas de varios tipos.
Supongo que hasta aquí hay dos posibles vertientes de lo que ahora estaréis pensando:
- No tengo ni idea de que demonios me dice este idiota pero dice drogas y eso es malo.
-O por el contrario...Ah si! Yo he visto videos de esos yonkis por ahí bailoteando totalmente idos.

Y si no es ninguna de las dos, enhorabuena. Estás un poco más libres de prejuicios que el resto, aunque no sé en que medida esto es bueno. He de confesar que hace no demasiado tiempo yo era de la segunda opinión. No me convencía el cocktail de gente+droga+campo+música con muchos bajos... Me parecía no demasiado prudente, por suavizar la expresión. Y aunque no lo veía muy claro accedí encantado a ir a la primera de mis experiencias raveras. Por varias razones, la principal por que era la despedida de un amigo que se nos iba a estudiar a Bruselas. También por que yo siempre he sido de la opinión de que hay que probar cosas en esta vida. Más vale arrepentirse que vivir una vida monótona y vacía. Pero supongo que cada uno tiene su forma de ver la vida y habrá muchos que lean este post y solo les provoque un completo rechazo. Aun así os animo a que leáis el resto ya que no pienso tratar un tema tan trascendental como este tan superficialmente.

Ya que ahora sabemos un poquito más sobre lo que es una rave os comentaré más en profundidad mis experiencias y mi opinión al respecto. Lo primero fue viajar hasta Etxauri en autobús donde coincidimos unos cuantos amiguetes, unas risas, algo de droga y llegamos a la casa que hacia de campamento base, donde hubo aun más droga y cerveza, por lo que mis necesidades estaban cubiertas, con la cerveza claro...Tras unas pocas horas observando como llovía en el exterior y frustrando nos con el maldito tiempo decidieron llevar la fiesta a un ermita abandona, por lo menos ahí estaríamos cubiertos. Y como no, para cuando llegamos ya había amainado de llover...Pero evidentemente eso no hizo que decayera las ganas de fiesta. Desde que llegamos hasta que nos fuimos pasaron muchas horas. La gran mayoría de estas no las tengo demasiada claras en mi mente, lo que recuerdo con gran cariño y necesidad fueron unas magnificas salchichas salvadoras a la brasa ya cuando estábamos en pleno día, azotándonos un sol abrasador. Más o menos, por lo que he podido escuchar, el esquema de una rave es algo asi.

Mi segunda experiencia fué más o menos igual salvo que, todo hay que decirlo, tuve más coqueteo con las drogas. Lo cual no me arrepiento ya que estaba en buen ambiente, y gracias a eso pude aguantar bastante más de fiesta, bailando y pasándomelo como un enano. Esta fue distinta también ya que había más gente, más desconocidos pero que aun así no decayó el ambiente ni por un segundo.

Quizá lo que más me fascina y lo que me ha empujado a escribir esto es que nunca había experimentado un sensación así en ninguna otra fiesta en ningún otro contexto. Ya, tras la primera, me había quedado con el ambiente que se respira. Yo lo calificaría tras mucho pensarlo, como una total falta de prejuicios por parte de la gente. Cuando la gente te ve bailando, comiendo o incluso hecho mierda en la hierba por que te has pasado o bien con unas cosas u otras, no te mira con desprecio. No te juzga de manera fulminante, pensando que eres despojo o un jodido yonki. Nada de eso, te vé, sonríe y continua la fiesta. Esta sensación se fusiona casi mágicamente con la música, que aunque no es el tipo que escucho ni mucho menos a diario, la potencia de los bajos y los ritmos que se repiten, varían, suben y bajan para pasar otro ritmo diferente gracias a la habilidad del Dj. Es casi hipnótico.
Para concluir quiero desmentir un par de cosas que se dan por hecho cuando se habla de este tema. Lo primero que quiero decir es que no toda la gente se droga, hay gente que simplemente se va con su cerveza o su kalimotxo y se dedica a beber tranquilamente la noche entera. Eso suponiendo que no consideres el alcohol como una droga, me río yo de la gente que bebe hasta el agua de los floreros cayéndose inconsciente por los bares, pero eso si, la droga es malísima...Aunque ese es otro tema que quiero tratar otro día. También me gustaría aclarar que hay de todo, hay gente que tiene un brillante futuro por delante que asiste a raves, hay gente concienciada con la sociedad y evidentemente también hay gente que quizá no acabe demasiado bien...Por último espero que este post os haya abierto un poco los ojos, que no os conforméis con una imagen predeterminada por muy mala que os lo pinten, que vayáis mas allá y que exploréis cosas que nunca jamás os creerías capaces!

P.D: Podría seguir escribiendo bastante más sobre este tema, pero me temo que esto se alargaría mucho. Lo he tratado de resumir, pero si algún día queréis experimentar algo de lo que yo os he tratado de transmitir no dudéis en preguntarme!

El Juego de Ender



Publicado por Hettar

Después del curro fui a la bajera de un colega a formatear un equipo. Y estaba claro que tras 8 horas de trabajo y 2 horas de formateo no iba a llegar a casa y ponerme con el ordenador. Me hubiera gustado dar una vuelta con la bici (de hecho pensaba hacer un fotomontaje de la vuelta en bici por las oscuras calles llenas de obras, la idea me la guardo para otro día), pero hacia bastante frio, mucho viento, amenazaba con lluvia y cuando llegue a casa me apetecía más tumbarme en la cama y leer que hacer nada.
Ahora mismo tengo en mi lista de lecturas 2 libros. “Los caballeros de Outremer” de la colección Osprey y “Sin noticias de Gurb”, de Eduardo Mendoza. Pero no sé porque ayer no me apetecía mucho. “Sin noticias de Gurb” es corto, divertido y me lo he leído ya un par de veces. Podía habérmelo acabado, pero necesitaba otra cosa. Y el día antes había terminado “Los guerreros de la Cruz de Malta”, el número anterior a los caballeros de Outremer, y no me apetecía mucho tampoco.
Entonces caí en la cuenta que tenía un libro que no me iba a importar leer de nuevo. Se trata de “El Juego de Ender”, de Orson Scott Card. Lo había cogido de casa de David el día anterior, durante la resurrección de las Comidas de Huérfanos.
Recuerdo cuando un día de borrachera suma llegue a casa cuando aun vivía en Iturrama. Serían las 5:30 de la mañana o así... Y no me apetecía dormir. Mire la Xbox con interés, pero mis ojos se desviaron al libro que estaba encima. “El Juego de Ender”.
Lo cogí y tambaleándome fui al sofá y empecé a leer.... 6 horas después lo terminaba, el pedo se me había ido ya y tenía mucho sueño, pero no había podido evitar devorar el libro de inicio a fin, tanto interés despertó en mi.
“El Juego de Ender” relata la historia de un pequeño chaval llamado Ender. Por decirlo de algún modo es el único ser que cumple los requisitos para iniciar una importante misión, liderar la lucha contra los Insectores que antaño invadieron la tierra. A lo largo del libro se desarrolla como hombre y aprende, a base de juegos de guerra, a combatir, pensar y liderar. Cuanta también la historia de sus hermanos, como ante la ausencia de Ender continúan sus vidas, en pos (o no) de un bien mayor.
Un libro que os recomiendo leer, a mí personalmente me gusto mucho. Y ayer, cuando estaba tirado en la cama volviendo a leer los primeros capítulos volví a disfrutar como si fuera la primera vez.