jueves, 19 de enero de 2012

Enero descafeinado y un cumpleaños vikingo


Publicado por Hettar

Y estaba yo pensando que con todas las cosas que últimamente estoy haciendo ya me gritaba la mente desde algún rincón perdido de mi mente que me olvidaba de algo...
Este enero está siendo, por usar la palabra más significativa, “raro”. Raro en el punto de que me siento cada noche en la cama antes de leer un rato y dormir para reflexionar y veo que ha sido un día de locos, haciendo miles de cosas, pero ninguna así especialmente culminante o genial. Supongo que esa sensación puede estar condicionada por la vuelta del extraño horario navideño al que todos nosotros nos vemos obligados a acostumbrarnos. O eso quiero pensar.
Así que en vista a estas dos semanas que han pasado sin pena ni gloria pero sin un segundo para sentarme tranquilo y escribiros para compartir pensamientos y anécdotas me siento raruno y me veo obligado a recuperar la rienda de la vida llena de cosas cotidianas que se convierten en instantes especiales.
El otro día estaba hablando con David sobre este tema precisamente. Y los dos coincidimos en que cuando vivíamos juntos pasaban más cosas divertidas, más anécdotas y situaciones “especiales”. Las ideas fluían a un ritmo algo mayor...algo así como cuando corres por una ladera cuesta abajo, que parece que vas más rápido que lo que las piernas te permiten y te ves obligado a frenar para no pegarte la gran ostia pero continuas corriendo.
En fin, basta de divagaciones. Vamos a centrarnos en algo especial que ocurre hoy, y a partir de este punto es cuando empieza en post de verdad.
Carta a Garci.
Querido Garci.
Espero que en este día de tu cumpleaños disfrutes más que lo habitual de tu vida, recorriendo un camino para convertirte en un adulto distinguido, especial, interesante, alto y con barba. Cumplir años es algo que siempre es sencillo los primeros cinco años de cada década, y para llegar a esa cima aun te queda, así que a disfrutar como una perra en celo.
Así que no queda más que desearte, desde el Rincón de Hettar&Hatta y de parte de todos los colaboradores y administradores, un muy feliz cumpleaños. ¡Que tengas mucho sexo, diversión y hombros fuertes!

Como montar una partida de rol (Parte 2)


Publicado por Turritopsis

Como prometí, aquí está la segunda parte de como montar tu primera partida de rol. Este artículo será sobre todo una lista de consejos para el director de juego, sobre como montar su historia para que resulte interesante hasta el final. Una vez hayas decidido el género y la ambientación de tu partida, tienes que hilar una historia.
Mi consejo personal es que para tu primera partida, pienses en una historia auto conclusiva, que empiece y termine en la propia partida. Para esto piensa en una historia sencilla, sin muchos elementos, ya que los jugadores tienen tendencia a querer revisar todos y cada uno de ellos, a pesar de que para ti no fueran relevantes cuando los incluiste, y eso podría acabar en muchas horas de investigación sin sentido. Si resulta que tu historia una vez creada es tan interesante que tus jugadores quieren seguir jugándola, siempre podrás continuarla y añadir nuevos elementos a la trama, así que no te preocupes por eso.
A la hora de pensar en la historia, en mi opinión tienes dos maneras de enfocarla. La primera de ella es pensar una historia genérica, en la que pueda encajar cualquier tipo de personaje, por ejemplo una búsqueda del tesoro en la que cada cual tiene sus razones para ir, o hacer una historia pensando en sus protagonistas, es decir, los personajes de los jugadores. Si lo haces de la primera manera, los jugadores podrán hacerse el personaje que quieran, pero siempre estarán menos vinculados con la historia, y con los pnjs (personajes no jugadores) que añadas en la partida antes de saber que personaje jugarán tus jugadores. La segunda manera requiere más preparación por tu parte, pero da pie a historias más personales e interesantes, de manera que los jugadores entrarán mejor en el juego. Ahora explicaré más detalladamente como preparar una buena historia para una partida de rol que involucre a los personajes de los jugadores.
Si a los jugadores no les importa que tú crees sus personajes y sus trasfondos, sobre todo si es su primera partida, simplemente, crea una historia alrededor de esos personajes y luego asígnale a cada jugador uno de ellos. Obviamente no todos los personajes van a tener el mismo peso en la historia, ya que no todos pueden ser el protagonista. Pero puedes hacer que todos tengan un papel importante, relacionándolos unos con otros, por ejemplo, haciendo que uno de los jugadores sea el maestro del protagonista, o su ayudante. Otro podría ser su mejor amigo y por eso le está acompañando en su aventura. O por el contrario los jugadores podrían ser enemigos que se han visto forzados a trabajar juntos. Es bueno que los personajes tengan una relación previa unos con otros antes de que la historia comience, o al menos alguno de ellos, a no ser que quieras jugar la típica partida en la que "4 aventureros llegan a una taberna y..." en ese caso cualquier historia vale. No es algo obligatorio sin embargo, que todos se conozcan. Siempre puede haber alguien misterioso en el grupo, del cual nadie sabe de dónde ha salido ni que está haciendo aquí, excepto el director de juego, y a veces el propio jugador. En cualquier caso, una vez tienes a los personajes adecuados para el tipo de historia que quieres hacer, piensa en una trama coherente que les pueda involucrar. Cuando entregues a los jugadores sus fichas de personajes no te olvides de incluir una descripción del personajes, con los momentos más importantes de su vida y si conoce a otros personajes, su opinión sobre ellos... No es necesaria una biografía, simplemente unas pautas para que el jugador sepa lo que juega.
Sin embargo si tus jugadores quieren hacer sus propios personajes, mi consejo es que quedes con ellos una o dos semanas antes de la partida para hacer los personajes y una vez tengas sus personajes, adaptes la historia que hubieras pensado para que esos personajes sean sus protagonistas. A veces los propios jugadores te dan las mejores ideas sin ellos darse cuenta.
A la hora de hilar la trama en ambos casos, no pienses en la partida como una historia lineal, en la que tengan que ocurrir ciertos sucesos en un orden determinado, porque entonces, o forzarás a los jugadores a seguir tu camino, o ellos harán algo completamente inesperado y tendrás que improvisar una historia nueva en el momento (esto último siempre acaba ocurriendo). Si en lugar de llevar una historia pensada, simplemente tienes el principio, el final, y una idea general de las cosas que pueden llegar a pasar durante la partida, no te llevarás tantas sorpresas por el camino. Un buen método para pensar en una historia así, es escribir en una lista, el principio de la historia, y el posible final, en frases breves, y después escribir distintos sucesos que puedan ocurrir durante la historia. Algunos de estos sucesos sí que serán claves para que la historia avance, pero otros serán opcionales. Por ejemplo, en la historia tus jugadores tienen que conocer al alguacil del pueblo cuando lleguen, pero ellos no deciden ir ni a la comisaría ni al ayuntamiento. Sino que deciden ir a la tienda de suministros. En ese caso tú habías pensado introducir al alguacil en una pelea de taberna por la noche. Sin embargo tus jugadores después de comprar cosas deciden acampar a las afueras. En ese caso, si el alguacil es muy importante para la historia, siempre puedes presentarlo en mitad del bosque porque ha confundido a los jugadores con bandidos o porque estaba de caza. Cualquier motivo es válido y así no forzarás a los jugadores a seguir un guión establecido. Nunca olvides que aunque tú seas el que cuenta la historia, al final el rumbo de la historia lo determinan los jugadores tanto como tú.
Una pregunta que siempre asalta a última hora es ¿Cómo hago para empezar mi historia y que no parezca forzada? Para comenzar la partida, lo que más ayuda a entrar en ambiente es una pequeña introducción para los jugadores, una pequeña escena para cada uno de ellos, su "entrada" en la historia por así decirlo. Por ejemplo, si los jugadores van a ser llamados para una misión, puedes narrar como un mensajero llega a darles una carta, o como su maestro les llama a sus aposentos y les dice que han de partir de inmediato. Así, cada jugador tendrá su breve momento antes de comenzar la aventura para familiarizarse con su personaje. Otra opción es describir una escena general, en la que ellos vayan entrando poco a poco, como una noche en un bar, en el que uno de los personajes trabaja como camarero, otro es un cliente habitual, y dos de los personajes entran por la puerta con una chica herida que han encontrado en la calle.
Otro recurso que te ayudará a empezar tu partida es preparar una escena de introducción general, en la que no tienen por qué participar los personajes. Más o menos como si se tratase del prólogo de un libro, una escena en la que sea vea algo importante o sorprendente de la historia, aunque después no tenga nada que ver con el comienzo de los protagonistas. En ese tiempo puedes presentar al malo como una figura misteriosa, puedes relatar un asesinato, que después los jugadores tendrán que investigar, sin describir al asesino, o contar una antigua leyenda, como hacen muchas películas y videojuegos para introducir al jugador. Si te quieres inspirar busca un par de películas que casen con la ambientación de tu historia y fíjate en el principio.
Algo que no puede faltar en una buena historia son los antagonistas. No tienes por qué limitarte al típico malo de película, como Sauron, El emperador o demás malos, cuya única motivación era, somos malos y queremos conquistar el mundo. A la hora de pensar en tus antagonistas, no tienes por qué buscar un personaje objetivamente malo, simplemente alguien que se encuentre en contraposición de los jugadores. El antagonista puede o no tener relación con los personajes de los jugadores. De nuevo, si has decidido centrar la trama alrededor de los personajes, lo lógico es que el antagonista esté relacionado con alguno de los personajes, puede ser un familiar perdido, un antiguo amigo o compañero, o incluso alguien muy cercano que este tramándolo todo a sus espaldas. En algunas partidas el antagonista puede ser uno de los propios jugadores, pero si los jugadores no tienen un mínimo de experiencia no es recomendable que hagas esto, aunque lo puedes reservar como idea para futuras crónicas.
Cuando pienses en tu antagonista, piensa sobre todo las motivaciones que tiene para detener a los jugadores, que le lleva a él a luchar contra ellos, o que les lleva a ellos a enfrentarse a él. Una vez tengas sus motivaciones, empieza a imaginar cómo será el personaje para describírselo a tus jugadores, y piensa lo que hay a su alrededor. Con esto me refiero a sus relaciones con el mundo. ¿Tu antagonista tiene familia o es un hombre solitario? ¿Tiene un ejército de esbirros o trabaja por cuenta propia? ¿Es una persona buena que simplemente tiene un conflicto de intereses con los jugadores o es alguien sin escrúpulos que se ha cruzado en su camino? Pregúntate a ti mismo ¿Cuál es su historia? ¿Qué le ha llevado a ser lo que es? El antagonista es un personaje como otro cualquiera, y como todos tiene que tener su historia. Cuando ya hayas pensado todo esto, solo queda diseñar su ficha de personaje. A la hora de diseñar la ficha de tu antagonista, o antagonistas si es que hay varios, tienes que tener en cuenta las fichas de los jugadores. Intenta diseñar un personaje que pueda derrotar a los jugadores, pero que también pueda ser derrotado por ellos. No tendría sentido que después de toda la partida los jugadores llegasen a un enfrentamiento insuperable. Al fin y al cabo, ellos son los protagonistas de la historia, y siempre tienen que tener la posibilidad de ganar, aunque no la certeza. Para evitar llegar a ese punto en la partida, siempre puedes hacer pruebas de combate antes de la partida, utilizando fichas predefinidas del mismo nivel que los personajes, o sus propias fichas si las tienen ya hechas, contra el antagonista, a ver cómo termina la cosa. Si aun así, durante la partida, por motivos del azar, el combate es muy difícil, siempre puedes recurrir al "poder del master", sacarte un as de la manga por así decirlo, y aumentar o disminuir el poder del antagonista con cualquier excusa.
Además del antagonista principal, los protagonistas seguramente tengan que enfrentarse a otros rivales de menor importancia, los típicos personajes que en los créditos de una película aparecen como "Borracho 1", "Ladrón 3", "Bandido 2"... No te preocupes por diseñar las fichas de todos esos personajes, ya que no tiene sentido. La mayoría de los libros de rol traen una sección de fichas para pnjs (personajes no jugadores), que te ayudarán cuando quieras introducir escenas de pelea, combates aleatorios, etc. Si aun así no encuentras una que encaje con lo que tú quieres, coge la que más se parezca y modifícala como mejor te venga. Al fin y al cabo, no tienes que ceñirte estrictamente a las reglas de creación de personajes, y si tu personaje necesita un puntito más de algún atributo para ser un rival digno, no dudes en añadírselo.
Otro recurso interesante al que puedes recurrir es el "personaje del master". Esto es, un pnj que controla el master, y que participa dentro de la historia como si se tratase de un personaje de los jugadores. Obviamente este no podrá ser el protagonista de tu historia, ni resolver todas las tramas. Simplemente estará ahí para ayudar a los jugadores cuando estén muy perdidos o en los combates. Además es un buen recurso para redirigir a los jugadores si se les está pasando algo muy importante por alto, sin tener que recurrir al meta juego.
Si aun después de todo esto no sabéis por dónde empezar, siempre podéis recurrir a las campañas que ya están escritas. La mayoría de los juegos tienen pequeñas campañas ya preparadas. Se trata de libros con una historia ya escrita, personajes ya diseñados y que contemplan la mayoría de las posibilidades. Personalmente a mi estas campañas no me gustan porque no dan tanta libertad como una historia creada por ti mismo que puedes modificar a tu antojo, pero es un buen punto de partida para empezar a dirigir. Si no os queréis gastar el dinero, en internet podéis encontrar campañas escritas por fans, que pueden ser igual de buenas o incluso mejores. Si decides recurrir a una campaña prediseñada, no olvides leértela entera antes de empezar a dirigirla, para tener toda la información y no hacer cosas que sin tu saberlo se contradigan más adelante.
Por el momento estos son todos los consejos que se me ocurren para montar una partida y que resulte más o menos interesante. Espero que os hayan sido de utilidad, pero si aun así no os aclaráis, en todos los manuales de rol hay secciones con consejos de narración que podéis consultar, además serán más concretas para el trasfondo en el que queráis desarrollar vuestra partida, y que os orientarán mejor.

miércoles, 4 de enero de 2012

Empezamos el 2012


Publicado por Hettar

Ante todo, y con cierto retraso que nunca me perdonaré y sufriré en silencio, feliz año nuevo. Espero de corazón que hayáis disfrutado de un buen fin de año y que el 2012 este colmado de risas, diversión y realización personal.
Habréis podido notar que estas últimas semanas hemos estado un poco descolgados a la hora de actualizaciones. Entre el puente foral, las navidades y tal podríamos decir que se nos ha pasado. Pero oye, son fechas para estar con la familia, ¿no? Así que me dije...”Qué diablos...” y aproveche para tomar unas mini vacaciones que duraron hasta ayer.
Bueno, a lo que estamos.
Fin de año - 31/12/2011
El día fue relajado, dormir hasta tarde, desperezarme un poco del pequeño mareo de la noche anterior y disfrutar un poco de no hacer nada.
Respecto al mareo de la noche anterior...El día anterior, con la intención de solo pasarme 5 minutos e irme el asunto se complico... Que a gusto se está en la cervecería Manneken Beer - http://www.mannekenbeer.com/ cuando se está con colegas.
Bueno, pos eso, que iba al 50%, lento pero seguro. Ayudar a hacer la cena, revisar que el disfraz esta entero, jugar un rato, esperar a que vengan mis tíos y poca cosa más. Y mientras contar los minutos para que lleguen las uvas, las ganas de salir iban incrementando.
Y así, tras una copiosa cena nos pusimos a esperar. Qué lástima que ya no esté Ramón García anunciando las campanadas. De hecho mi hermano y yo planteamos incluso buscar alguna celebración de campanadas vieja para grabarlo y ver el vídeo en vez de las campanadas reales. Ya no es lo mismo sin Ramontxu.
Y nada, tras las campanadas a disfrazarnos. Lo cierto es que este año no estaba tan seguro como el pasado de haber acertado con el disfraz. Cuando fui disfrazado de Sin Chan lo cierto es que lo pase teta.
Este año Treku, Garci y yo íbamos disfrazados de los 3 pequeños ninjas. Si, esa película viejuna en la que salía hasta el Señor Miyagi. Tras buscar imágenes nos hicimos los disfraces (muy sencillo la verdad). Y sorprendentemente nos reconoció más gente de la que me esperaba.
La fiesta la disfrute un huevo. Me encontré con muchísimos conocidos, me alegré de ver gente a la que no suelo ver y acabé con un pedo como un general.
Año nuevo - 01/01/2012
Año nuevo fue un día para destilar alcohol por los poros de la piel mientras mi estomago se quejaba de mi indecencia por la noche anterior.
Una de las cosas que más iban a marcar el día 1 era que íbamos a celebrar la 1º cena de escalera sanferminera del año. Teníamos reservado sitio...pero somos tan nulos que no compramos cena y varios se rajaron. Así que como unos malditos nenazas tuvimos que posponer el brindis al día siguiente... Pero solo ha sido por falta de planificación, las siguientes iremos a tope...y el año que viene no ocurrirá lo mismo.
Recopilación de año pasado - 02/12/2012
El día 2 fue más relajado. Tras descansar un día entero mi cuerpo empezaba a darse cuenta ya de sí mismo.
Me había cogido fiesta previamente pensando en que unir la fiesta de año nuevo con una cena de escalera iba a impedirme ser útil en el curro. Pero aunque no hicimos fiesta de escalera agradecí tener fiesta.
Durante la mañana estuve preparando un esquema de cómo había ido 2011. Lo cierto es que ha sido un año bastante tranquilo. Con la única particularidad de haber empezado a pagar un piso este año ha estado dentro de la tónica general.
A la tarde quedamos Treku, Raul, Marcos y yo en el Manneken, para echar una cervecilla, brindar por la escalera y el año nuevo y mapear la Nochevieja para recordar donde anduvimos, las anécdotas que ocurrieron, los disfraces que vimos y tal. Una tarde muy sexy que terminamos a las 12 de la noche tras unas partidas al Mario Bros de la Wii y una macarronada con salsa roquefort.
Empezamos 2012
Estoy encantado de haber empezado este año. Dentro de la revisión de propósitos, uno de los que más me interesaba era volver a escribir en serio y a fuego el blog. Y le doy un aprobado. Un propósito cumplido que pretendo mantener como es debido.
Y llega el momento de los nuevos propósitos para este año. Lo cierto es que ayer estuve pensando bastante en esto, y no se me ocurrían muchas cosas. Así que simplemente diré que mi propósito es conseguir disfrutar más con mis pequeñas cosas como la orden, el blog y mis interminables proyectos como este pasado 2011.
Epilogo
Creo que esto es un poco, a vistas generales, una buena introducción para el nuevo año. Entramos en el con bastantes proyectos cumplidos y muchos proyectos a medias. Pero tenemos 365 días para iros contando todos ellos por aquí.
Así que para finalizar, desde el blog de Hettar&Hatta, junto con todos nuestros colaboradores os deseamos un feliz año 2012.

lunes, 2 de enero de 2012

El hombre gato


Publicado por Ender

Este es un cuento que me gustaría publicar algún día, en un recopilatorio con todas las tonterías que escribo. Algo que nadie leería.


Siempre he pensado que si hay un momento para la magia, ese momento está en la madrugada. En la profundidad de las noches mas frías. No de cualquier forma, por supuesto, y no para cualquier persona. Seguramente sea necesario que uno camine en soledad bajo el cielo mas raso. Es en ese momento, cuando las calles están desiertas, las estrellas rielan y el viento acompaña con su lejano murmullo, puede encontrarse la magia. Pero solo si la busca uno con la atención adecuada.
Yo siempre lo sospeché. Lo sospeché desde hace muchos años. Cuando era niño, los cuentos y la fantasía me traían loco. Devoraba con avidez cualquier género fantástico, incluso el terror, que me hizo pasar mas de una noche en vela. Y mas de dos. Adoraba las ilustraciones. Animales engalanados como personas de alta cuna, duendes, hadas y terribles criaturas mitológicas. La fantasía me maravillaba. Quizás toda esta experiencia me sirvió de gran ayuda hace algunos de meses, durante el transcurso de un suceso que dio un vuelco a mi vida, y que voy a relataros a continuación. Lo contaré tal y como yo lo sentí vivido. Y que lo creáis cierto o no, es una cuestión que se escapa de mi responsabilidad. Empieza así.
Volvía hacia mi casa. Ya eran casi las seis de la madrugada. Pero no os creáis que el cielo empezaba a clarear, nada mas lejos. Era la madrugada del uno de enero, la primera madrugada del año. Y en mi ciudad, en esas fechas y a las seis de la madrugada, el cielo se pone tan oscuro como la boca del lobo. Además, hacía mucho frío, un frío terrible. Yo caminaba hecho un adefesio. Con los brazos cruzados y apretados contra el pecho para mantener el calor, y disfrazado de cowboy. Sí. Aunque parezca raro de creer, esa era mi situación. La explicación es que en mi ciudad se celebra la llegada del año de esa forma. Con disfraces.
En concreto, de mi disfraz de vaquero, poco quedaba ya. Con el ir y venir de las copas, había perdido el sombrero, la pistola y hasta la placa de sheriff. Por lo demás, caminaba lento, casi apesadumbrado. El efecto del alcohol estaba comenzando a remitir, cada vez veía con mas claridad, pero la cabeza me dolía un poco. Sin contar que debido a todo el humo que había ingerido aquella noche, y a las horas que había pasado bailando y charlando, me hallaba un tanto exhausto.
Así, movido por la fatiga, fui a sentarme a la entrada de un portal, para recobrar el aliento y poder seguir con mas fuerzas después. Me senté, estiré las piernas, moví los tobillos y traté de calentarme frotándome los antebrazos. Nadie caminaba ya por la calle. Tampoco vi pasar ningún taxi. No había luces en las ventanas de los pisos. Tan solo la luz de las farolas llegaba hasta el empedrado. Entonces, de entre los coches que se hallaban aparcados frente a mí, creí ver una sombra. Como una criatura pequeña y veloz que se desplazaba por entre las ruedas.
Extrañado, me levanté y me acerqué lentamente, muy lentamente. Al agacharme para mirar bajo el coche en el que creía que se escondía la misteriosa criatura, vislumbré dos ojos brillantes, grandes, que refulgían con el brillo de las farolas y me miraban. Yo retrocedí un par de pasos, movido por la sorpresa. Y entonces, con un leve y melódico maullido, un felino salió de debajo del coche. Era un gato grande, muy grande. Era pardo, marrón, y atigrado con rallas doradas. Frente a mí, como si quisiera impresionarme, dio unos pocos pasos. Lo hizo lentamente y bien erguido, con mucha soberbia y maestría. Era, sin lugar a dudas, un animal muy refinado. Tal vez por eso me confié y pensé que no era peligroso. Me acerqué y me agaché para ponerme a su altura. El gato también se acerco a mí, y entonces yo lo acaricié con mucha suavidad. No se porque lo hice. Probablemente aún estaba un poco ebrio y eso me hizo perder toda precaución. Aunque aún hoy, el recuerdo de aquellos ojos felinos, me hace sospechar de algún tipo de hechizo.
En cualquier caso, cuando toqué al animal, su rostro cambió por completo. En un abrir y cerrar de ojos, su pelo se erizó, enseñó unos pequeños pero afilados colmillos y con un terrible bufido, saltó a mi brazo derecho. Yo apenas tuve tiempo de reaccionar, traté de retroceder una vez mas, hice un par de aspavientos y cuando me quise dar cuenta, noté los dos colmillos puntiagudos del animal clavándose en mi piel. Solté un grito de dolor y tras un breve forcejeo, conseguí lanzar al gato unos metros mas allá. Él desapareció tras una esquina con un maullido lastimero. Pasmado, sorprendido y dolorido, volví a sentarme a la entrada del portal. Lo primero, pensé, es sopesar los daños. Me quité la cazadora y me remangué la manga de la camisa. Aquello tenía mala pinta. Había mucha sangre y se notaba que el ataque había ido en serio. Las pulsaciones se me habían disparado pero mi mente aún estaba algo dormida y no funcionaba a un ritmo normal. Pensé en dirigirme al hospital mas temprano. Tenía miedo a una infección, un contagio o algo peor. Me levanté y sin ser aún plenamente consciente de lo que acaba de pasar, comencé a andar.
Anduve durante quince minutos, quizás veinte, apretándome la herida levemente. Sentía que cada vez tenía mas frío, y que a cada segundo estaba mas cansado. Caminaba y caminaba, algo desesperado, y entonces, al cruzar una esquina... Vi la luna. Llena. Blanca. Inmensa. El cielo estaba raso, las estrellas brillaban con fuerza. Y la luna, de la que no me había percatado hasta ese momento, reflejaba la luz mas blanca que podáis imaginar. Un escalofrío severo recorrió todo mi cuerpo.
Cuando amaneció yo estaba en lo alto de un tejado, completamente desnudo. El sol estaba alto en el cielo, había alguna nube, y debajo, unos cuantos metros mas abajo, la ciudad ya había despertado. Las bocinas, el gentío de los bares, los motores de los coches. Todo transcurría con normalidad. Yo me sentía francamente bien, como recién despertado de un hermoso sueño. Sí, lo poco que quedaba de noche, la había pasado convertido en gato. Los recuerdos de aquella extraña trasmutación están algo diluidos y borrosos en mi mente, pero os aseguro que fue una gran experiencia. Corrí por las calles, perseguí ratones, insectos. Escalé con habilidad muchos obstáculos y fui a parar a los lugares mas hermosos e inaccesibles para los hombres. Ahora, con cada luna llena, vuelvo a transformarme, y entonces salgo de casa a recorrer las calles. Mi disfrute dura tan solo una noche, y a la mañana siguiente, siempre me encuentro embriagado del mas absoluto bienestar. Como dije antes, que me creáis o no, depende de vosotros.